El rugir de los tractores del campo europeo sale a la calle cortando autopistas y bloqueando puntos neurálgicos en un intento de paralizar la actividad económica y la distribución alimentaria. Las protestas se inician en Alemania, Países Bajos, Italia, Portugal y la más importante en Francia. En España estaban todas las condiciones dadas para retomar el modelo francés de bloqueo en nódulos importantes y ciudades. Hay exigencias comunes con el conjunto de agricultores europeos.

Los acuerdos de la Unión Europea con Mercosur y otros países para la importación de alimentos producidos sin las exigencias de calidad que la normativa europea exige, obliga a rebajar precios por debajo de su coste. Las grandes distribuidoras imponen los precios a los agricultores y ganaderos comprando sus productos a los precios que ellos fijan. Pero a su vez las grandes compañías, de capital norteamericano principalmente, son las que fijan los precios globalizados en el mercado internacional que ellos denominan como “libre mercado”.

No es una cuestión puntual en torno a las últimas normativas de la PAC (Política Agraria Común). En nuestro país llevamos bastantes años de deterioro del sector agrícola y ganadero. Los agricultores acusan a todos los políticos del abandono del campo. Suelen aparecer en periodo electoral; se calzan las botas y se fotografían en las granjas. Mientras, los recortes en agricultura y ganadería son constantes.

Por una PAC al servicio de los productores agrarios

La actividad de la agricultura de secano y la ganadería extensiva, precisa del apoyo económico de las instituciones para sostener un sector primario en dificultades. Además somos el sostén del mundo rural resistiendo el despoblamiento del campo. Lo que nos da Europa, no es gratis, los monopolios sacan tajada de la venta de tractores,  fitosanitarios y  materias básicas para la producción.

En algunos sectores entre los agricultores que no aceptan la orientación de protección y sostenibilidad del medio ambiente. Es erróneo negar el cambio climático y pedir eliminar la “agenda 2030” porque dicen hace disminuir la productividad de sus cultivos. Es necesario adoptar prácticas de cultivo que no degraden las tierras. Es necesario producir alimentos con menos  contaminantes para el consumo y la salud.

Las solicitudes de ayudas de la PAC son ahora mucho más complejas y se exige más documentación en su cumplimiento. El mayor punto de conflicto entre los agricultores es la parte destinada al anterior “Pago verde”. Son los “ecoesquemas” como prácticas de cultivo orientadas a la fijación de la huella de carbono: “rotación de cultivos”, creación de cubiertas vegetales en los “cultivos leñosos”, formación de “espacios de biodiversidad”, etc.

Se ha endurecido “la condicionalidad” (las BCAM), punto negro que sufren todos los agricultores y ganaderos. Son un conjunto de condiciones generales de obligado cumplimiento del cultivo, de normas medioambientales, y de sanidad y bienestar animal. Las inspecciones de las BCAM son muy duras porque una infracción puede salir fácilmente. Las sanciones, en los casos de la PAC, pueden ir del 2% hasta el 100% a la totalidad delas ayudas solicitadas.

Las Administración exige, cuando lo necesita, el envío de fotografías “geolocalizadas” de los cultivos para cada parcela. El agricultor tiene que dedicar parte de su tiempo en estas técnicas. Pero el mayor rechazo se lo lleva el “cuaderno de campo digital” que entrará en septiembre próximo. Estos apuntes sobre las compras de semilla certificada, productos fitosanitarios adquiridos, etc., y los trabajos de laboreo deben aportarse mes a mes. Aparte de las dificultades para hacerlo, es una forma de fiscalización de la Consejería de Agricultura con acceso directo.

En este sentido la plataforma de las organizaciones agrarias, ASAJA, COAG y UPA, reclamaman una flexibilización y simplificación de la actual PAC. Esto incluye tanto los ecoesquemas como las BCAM. La excesiva burocracia está suponiendo costes inasumibles para agricultores y ganaderos, y no posibilitan cumplir los objetivos en materia medioambiental.

Los ejes principales de la reivindicación

Impedir la división del movimiento de los agricultores es, de entrada, de interés general. Desde final de enero las tres organizaciones agrarias principales ASAJA, UPA y COAG han acordado un plan de movilizaciones que recogen una plataforma donde se recogen las principales necesidades comunes de todo el sector. Estos son tres puntos básicos:

1. Derogar los acuerdos de libre comercio con terceros países. No a los acuerdos con Mercosur y paralizar las negociaciones con Nueva Zelanda, Chile, Kenia, etc. Estrictos controles con la frontera con Marruecos. Aplicar en su caso las “cláusulas espejo.

2. Cumplimiento estricto de la fondos de inversión estableciendo un precio justo. No vender a pérdidas. Control de los precios de materias primas: reducción de los impuestos del gasoil, contención de precios de los fitosanitarios, topar los precios de la maquinaria.

3. Flexibilizar y simplificar la aplicación de la PAC (ecoesquemas, BCAM, etc.). Las Administraciones deben ponerse al servicio de los agricultores, facilitando al máximo la transición a prácticas más ecológicas, dando soluciones concretas viables en este sentido.

Es necesario, a medio plazo, impulsar el rendimiento de las explotaciones agrícolas, al tiempo que se combate el despoblamiento rural, partiendo de promocionar la incorporación de jóvenes a la agricultura. Para ello se propone:

 

  • Frenar la especulación y la compra de tierra de cultivo por parte de fondos de inversión con el interés de trasformar en parques solares o bien en macro explotaciones intensivas que degradan los suelos y el medio ambiente.
  • Poner al servicio de nuevos agricultores o de aquellos que tienen una base de hectáreas insuficiente, mecanismos para adquirir o arrendar tierras en abandono.
  • Impulsar y apoyar la creación de nuevas Cooperativas agrarias donde no haya, o bien apoyar económicamente inversiones necesarias.